Wednesday, March 26, 2014

Si te metes con la naturaleza pierdes.
Por Enrique Araujo-Álvarez B.

Los seres vivos somos sensibles, es un don de la naturaleza que nos protege. Nos protege de lo malo como nos alienta a lo bueno. Sabia es la naturaleza, que procura un balance para que todo se realice en armonía. Pero el ser humano que al parecer ha sido dotado de inteligencia, para mejorar la vida en La Tierra, más bien pareciera, a la luz de lo que la historia ha registrado, inclinaría a pensar que esta gracia ha sido un error.
Mas como la naturaleza no se equivoca y todo lo ordena aunque le tome siglos en arreglar un desbalance, llega a modificar el bache y todo sigue su curso como estaba establecido. Desde la aparición del ser humano inteligente hace unos 35,000 años, solamente, la paz y la armonía del planeta se han visto alteradas por sus continuas invasiones en la naturaleza.
Al contrario de mejorar la vida, al desafiar la perfección natural, empezó a creer que podía enfrentarla y desde entonces ha venido empeorando la calidad de vida en este pequeño y frágil mundito. Si analizamos los descubrimientos y las invenciones del ser humano, prácticamente todos han sido y son causantes de alteración del mundo natural y obviamente, la naturaleza tiene que corregir todo aquello que la altera. La naturaleza no tiene consciencia ni sentimientos porque no obstante es causante de vida, carece de ella.
Todo el mundo está convencido que el ser humano es casi un dios al haber logrado en tan pocos años, un nivel tecnológico admirable que avanza tan rápido, que ya no es posible siquiera seguir el ritmo de la inventiva humana. Pero pocas son las mentes frías que observan con muchísima preocupación, los terroríficos efectos secundarios de este desarrollo tecnológico. Si se pudiera retroceder unos 150 años solamente y, teniendo los conocimientos actuales, hubieran fusilado al ingeniero alemán Nikolaus August Otto que en 1876 inventara el motor a explosión, base por el cual todos los motores actuales se basan en su invento.
Gracias a él, cualquier automóvil asequible a cualquiera, pasa los 200 KPH. ¡Qué maravilla! Pero hay un pequeñísimo problema. Cuando lo usan 2 mil millones de personas a la vez, causan un efecto secundario; La contaminación ambiental con una invasión masiva de un gas altamente venenoso y letal, llamado monóxido de carbono. Igualmente habría pasado por el paredón el físico, también alemán, Wilhelm Conrad Röntgen  quien en 1895 inventó los rayos X, utilísimo para la medicina moderna pero desarrollador del temible cáncer. No tengo espacio para poner la lista de inventos que ha desarrollado el ser humano, solamente en los últimos 300 años, que han puesto en jaque la vida en nuestro planeta.
Gracias a sus inventos, la radiación, la contaminación del aire, la tierra, el mar y los ríos, la naturaleza ya ha iniciado un procedimiento corrector de estas manipulaciones humanas. Ha iniciado, al parecer, inevitablemente su autodestrucción, curiosamente como lo hace el cuerpo humano cuando hay una invasión de microbios en su organismo. Ha subido la fiebre para combatirlos y ésta viene provocando que los glaciares se derritan, lo que traerá inevitablemente un calentamiento global que desaparecerá la vida en La Tierra.
Esto, cuando ya el ser humano aun con toda su tecnología, no pueda evitar que la temperatura ambiental llegue a los 150 grados Celsius o más, de día y de noche y los 365 días del año. Sumado a esto, con una radiación ultra violeta que podría calcinar hasta las rocas y para colmo, con la casi desaparición del agua. Esto ya sucedió hace millones de años, ¿Por qué no va a volver a suceder? Hasta quizás, La Tierra vuelva a rotar trasladándose alrededor del Sol, vacía, sin vida y tras miles de millones de años, se vuelva a desarrollar la vida y comenzar todo de nuevo, pero con la esperanza que no vuelva a desarrollarse un animal racional, que lo destruya todo de nuevo, o al contrario, sea tan inteligente que viva en una especie de paraíso sin osar meterse con la naturaleza comprendiendo que sus recursos son finitos.

A la humanidad le tomó treinta siglos para tomar impulso. Al parecer, no le queda más de 80 años para frenar ante el abismo. 

Saturday, June 22, 2013

Escrita en Castellano Zero para que todos lo entiendan

 La guerra de “atroya” (1)

 

Por Enrique Araujo-Alvarez B. 6.7.03


Más bien una leyenda imaginada por el vulgo 1200 años AC, este conflicto fue relatada por Homero(2) en su obra La Ilíada(3). La bronca se inició por una mamacita llamada Helena que traía locos a todos por su extraordinaria belleza. Era una combinación de la cara de Angelina Jolie, el cuerpo de Jessica Biel, las tetas de Marilyn Monroe y el culo de J.Lo. Eris, la diosa de la discordia, cuya manía era sembrar cizaña entre los que se cruzaban por su camino, enemistó a tres diosas estúpidas que cayeron en las tretas de esta bronquera. Fueron estas, Hera, la ñorsa de nada menos que Zeus, el padre de los dioses, Palas Atenea, diosa de las artes y las ciencias y, Afrodita, diosa del amor, conocida ninfómana perdida. Eris les obsequió a las tres una manzana de oro con una leyenda que decía: “Para el mejor culo de la ciudad”. Obviamente las tres se creían la muerte por lo que comenzaron a pelearse diciéndose zamba canuta. Al ver esto, Zeus, las puso en fila y les mandó un cachetadón en triplete además de una patada en el trasero a cada una para que no siguieran fregando. Una vez calmadas y sobándose las nalgas, escucharon la decisión del padre de los dioses para resolver el problema. Llamó al príncipe Páris, hijo de Príamo, rey de Troya, quien tenía una pepaza impresionante y conocido pinga loca. Las tres diosas bobitas se acercaron a Páris y le pidieron que escogiera a una de ellas para poseer la manzana de oro (conocida por la manzana de la discordia, ojo) Por lo bajo las tres le pasaron un papelito, léase un papirito, con sendas ofertas llenas de lascivia y concupiscencia para que las escogieran. Hera, le prometió que lo haría el hombre más poderoso de La Tierra, Afrodita, la más mañosa y conociendo lo mujeriego que era Páris, le prometió conseguirle el mejor culo del universo, una oferta que no pudo rechazar, dejando a Palas Atenea con la palabra en la boca, tirándole a Afrodita la bendita manzana por la cabeza. Páris, ansioso, cogió de los hombros a Afrodita y le preguntó quién iba a ser la hembrita  prometida. Afrodita, vieja zorra al fin, pensó no sólo en un monumento de mujer sino también que fuera prohibido, para hacérsela más excitante, por lo que escogió a la mujer de Menelao, rey de Esparta (4) Esta era Helenita la del trasero ardiente, boca insaciable, cintura de avispa, un par de piernas que hubieran dejado bizco a Miguel Ángel, un par de juanas mejor que rellenadas por cirujano plástico, cara de ángel con una expresión de “no mata una mosca”, ojazos violeta y una boca como una rosa encarnada, todo enmarcado por una profusa cabellera dorada que le llegaba hasta la cintura. Su voz era ronquita como la de un maullido de gata angora en celo. Páris, babeando y con la expresión de un pedófilo enloquecido por la testosterona, fue a por ella tan rápido como pudo pues ansiaba clavarse la griega a la primera. En el camino craneó cómo raptarla pero cuando llegó a los aposentos de Helena, ésta, que era conocida por ser más bien una mujer de calzones flojos, y quien ya se había enterado del asunto a través de una cortesana chismosa, lo estaba esperando con las piernas y los brazos abiertos y con todas sus maletas listas para largarse con el pepón, dejando a Menelao más bien como venao. A la mañana siguiente cuando Menelao despertó y no vio a su mujer, saltó del camastro y encontró un papiro post it pegado en la puerta del vomitorio que decía: “Querido esposo: me voy con Paris porque me ha raptado”. Menelao sabía que Helenita era una bestia mononeuronal, entonces se dio cuenta que  había metido la pata en su mensaje y por lo tanto no había duda que había gato encerrado. Cuando se enteró de toda la historia con las diosas, llamó a su hermano Agamenón, rey de Micenas y, de paso a todos los príncipes griegos. Todos decidieron apoyar a Menelao ya que consideraron el “rapto” como un agravio colectivo porque todos lo atrasaban con la griega hot, decidiendo recuperar a Helena costara lo que costara. No estaban dispuestos a perderse un culo así. Entonces reunieron 1,200 barcos y todo el ejército griego para lanzarse contra Troya (5), toda esta alharaca por un culo, confirmándose que desde siempre, los hombres son unos huevones. La bronca duró nada menos que diez años y cuando las cosas ya se había tornado en rutina ya que ambos bandos se defendían como gato panza arriba, el pendejo de Ulises(6) se le ocurrió una sus máximas pendejadas. Mandó construir un caballo de madera diciéndoles a sus enemigos que era un “regalito de navidad” (broma del autor porque sencillamente Jesucristo no había nacido aún) Con esa nota abrieron la puerta de la ciudad y dejaron entrar el presente. Todos felices se emborracharon y se coquearon hasta el límite de sus capacidades. Ulises y su collera se habían escondido en la panza del caballo. Salieron cuando todos estaban durmiendo la mona y les cortaron los huevos a casi todos. Aquiles(7) que no chupaba y era zanahoria, trató de defenderse pero Páris que se la tenía jurada, le tiró un flechazo al corazón, pero como era una bestia tirando flechas y no tenía puntería ya que le temblaba el pulso por pajero, falló y le cayó en el talón a Aquiles. Pero cuál sería su sorpresa que justo en esa parte era la única porción de su cuerpo vulnerable por lo que el pata murió desangrado y con septicemia. Finalmente recuperaron a Helena y se la llevaron ante Menelao quien estaba con ella bien asao. Pero antes que abriera la boca, Helena se levantó la túnica y le dijo que viera una prenda que había diseñado para él. Se trataba de una tanga negra con hilo dental, lo que dejó a su esposo bizco y babeante. Considerando que hacía diez años que estaba aguantado, la perdonó al instante y se olvidó de los trece millones de muertos que había costado la guerra. Todo volvió a la normalidad al mismísimo día siguiente y hacia el medio día todo pareció como que nada había pasado. Nuevamente una confirmación de que los hombres son capaces de cualquier cosa por un culo.
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(1) Atroya es un vulgarismo peruano moderno que indica la relación sexual anal. Por atrás, “por atroya”.

(2) Homero Los ejércitos griego y troyano preparan la guerra de Troya (siglo XII a.C.), la más célebre de la mitología occidental. Al mismo tiempo, los dioses se reúnen para discutir sobre el destino de los seres humanos y decidir si les permiten arreglar sus disputas de un modo pacífico o bien activan las fuerzas que acabarán con la destrucción de los dos bandos y, con ello, de toda la civilización. Atribuido al escritor clásico griego Homero, la Iliada data del siglo IX a.C.

(3) La Iliada, ver nota anterior.

(4) Esparta, Esparta, también Lacedemonia, ciudad de la antigua Grecia, la más importante del Peloponeso durante la antigüedad, situada en la orilla derecha del río Eurotas, a 32,5 km del mar, en las laderas del monte Taigeto. Los espartanos fueron unos conchesumadres, sobre todo las mujeres. Cuenta la historia que después de una guerra, un oficial se acerca a una mujer para comunicarle que sus cinco hijos habían muerto en la batalla. La mujer desoyendo la noticia insistió en la pregunta, No me hagas perder el tiempo, ¿es de Esparta la victoria? Otra cosa era que no aceptaban recién nacidos con taras, como síndrome de Down, labio leporino ni nada en realidad. Los bebes deformes simplemente los lanzaban desde la cima del Monte Taigeto para que se los coman los lobos. Dicho entre gente culta, “más valiente que un espartano”.(nota del autor)

(5)Troya, (antigua Ilión), ciudad famosa de la leyenda griega, en el extremo noroeste de Asia Menor, en la actual Turquía. El legendario fundador de la ciudad fue Ilus, hijo de Tros, de quien se deriva el nombre de Troya. El hijo y sucesor de Ilus fue Laomedón, que fue asesinado por el héroe Hércules, cuando éste capturó la ciudad. Durante el reinado del hijo de Laomedón, Príamo, tuvo lugar la conocida guerra de Troya, que provocó la captura y destrucción de la ciudad.

(6)Ulises, también muy conocido como Odiseo, en la mitología griega, el más célebre de los héroes antiguos, gobernador de la isla de Ítaca y uno de los jefes del ejército griego durante la guerra de Troya. Casado con Penélope tenían un hijo llamado Telémaco. Mentor era un consejero contratado por Ulises para educar a Telémaco. Por eso se dice que quien educa u aconseja es su Mentor.
(7)Aquiles, en la mitología griega, el mayor de los guerreros griegos en la guerra de Troya. Era hijo de la ninfa del mar, Tetis, y de Peleo, rey de los mirmidones de Tesalia. Cuando era un niño su madre lo sumergió en el Éstige para hacerlo inmortal. Las aguas lo hicieron invulnerable menos en el talón, por donde lo sostenía su madre. Lo cagó la vieja cojuda. Se dice ese es “su talón de Aquiles” para decir de alguien que tiene una debilidad.


En la sala de espera, una tarde...

En una sala de espera un hombre de 62 años entra sin querer, en una conversación con un joven paciente de 16 años.

-     ¿Qué hacía usted a mi edad? Pregunta el joven.
-        Veamos, era 1960. Te voy a comentar a medida de lo que me acuerde. Acababa de terminar el colegio. Mi padre estaba pensando en comprar un televisor, ya que la televisión se había iniciado en Lima dos años antes. La mayoría eran de 21 pulgadas de marcas como Andrea, Philips, Normende o Telefunken, casi todos europeos, el problema era que costaban más de mil dólares. Eran aparatos a tubos y en blanco y negro y sólo había en Lima tres canales. Todos los programas eran en vivo, hasta los comerciales. No existía el control remoto. Los teléfonos, ¡Ah! Se debía esperar muchos años para lograr tener uno. No existían los teléfonos celulares, yo veía un cómic llamado Dick Tracy que era un detective que usaba una especie de celular de pulsera, como un reloj. Eso me parecía algo imposible de lograr. Los cines eran enormes y muy elegantes y sólo había tres funciones. Nadie usaba zapatillas para caminar por la calle. El aeropuerto quedaba en la actual sede del Ministerio del Interior en Córpac (Córpac era las siglas de Corporación Peruana de Aeropuertos Comerciales, entidad del estado)  Lo que es la Av. Benavides era una pistita de doble vía ida y vuelta y había chacras a ambos lados. No había computadoras, ni se pensaba en ellas. No habían inventado el cassette aún y menos el CD ni el DVD. No había walkman, ni discman ni nada parecido. No habían mini componentes. No había micros. Era raro ver cholos en las calles. Los jóvenes usaban los pantalones en la cintura verdadera y las chicas sólo usaban pantalones en los paseos. Los hombres cedían el asiento a las damas en el bus y en los tranvías que aún transitaban en Lima y el Callao. En el tramo de Lima al Callao, el panorama era de haciendas. No había vía expresa. No había mercados tipo Wong. Los autos eran americanos y con motores V8 y eran carísimos. La gasolina era muy barata y nadie usaba gas para cocinar, las cocinas eran eléctricas o  kerosene. Las radios eran lo que más se escuchaba y los aparatos de radio eran de tubos y muy grandes, casi todos tenían radiolas, unos muebles grandes y muy caros. Viajar a Estados Unidos costaba un ojo de la cara. Salir con una chica era imposible, sólo nos podíamos ver en visitas formales y con la vigilancia permanente de la madre. La virginidad era un tema tabú y las relaciones sexuales eran para la gente casada y no se hablaba de ello porque era inelegante y hasta considerado vulgar. Las chicas jamás decían una lisura frente a un hombre. Con una enamorada era impensable tener relaciones sexuales. Si alguien salía encinta, era considerado un escándalo y eran obligados a casarse para evitar el qué dirán. A las trabajadoras del hogar se les llamaba sirvientas o la chola, les pagaban poco, no usaban uniforme y la mayoría eran analfabetas y olían a chivo. Se iba al colegio en la mañana y en la tarde, se regresaba a almorzar en la casa con los padres y era obligación asistir a clases hasta los sábados por la mañana y obligatoriamente ir a misa todos los domingos en colegios religiosos como el que yo asistí. Se comulgaba en ayunas. Los hombres se enteraban del sexo en los burdeles donde uno se iniciaba más o menos a los 16 años. No habían anticonceptivos y no se vendía condones a menores de 21 años. Al Dr. Marco Aurelio Denegri lo arrestaron por haber opinado sobre sexo en la tele. Nadie fumaba antes de los 21 años delante de sus padres y menos tomaban un solo trago. Sólo tomaban cerveza los cholos. Las drogas ya existían pero nadie las mencionaba. Cuando uno aprendía una lisura se susurraba al oído de los amigos como un gran descubrimiento. Estar con una chica podía tomar algo de dos meses y muchas no sabían besar con lengua. Había que tener 21 años para ver una película con escenas de amor. A misa no se podía entrar con manga corta. El bikini era sólo para las gringas, las chicas “decentes”, ni pensarlo. Nadie jamás se le hubiera ocurrido aumentarse las tetas ni el trasero. Una chica que tuviera más de dos enamorados en un año era mal vista y se maleaba. Los curas usaban sotana hasta el suelo y usaban sombrero de tres picos. El tránsito era muy ordenado y se ponían papeletas hasta por tocar la bocina. Iba a seguir cuando el chico espetó:
-        ¡Señor, por favor no siga, se los ruego, ¿cómo pudo usted sobrevivir todos estos años sin juegos, sin celulares, sin cable, sin micros, sin sexo, sin decir lisuras, sin computadoras, sin un solo troncho, sin usar zapatillas, en fin, ¡su vida ha sido como una película de Chucky! Pobre usted señor, lo compadezco de veras, señor, ¡qué horror! Me ha deprimido todito. ¿Se va a hacer tratar supongo? ¿Cómo ha llegado a  su edad vivo?
-        Precisamente, ¿no estamos en el consultorio del siquiatra? Le contesté. Yo estoy aquí porque no soporto esta vida con todo lo que en mi época no había. Imagínese joven, en mi época habían tres canales, hoy hay 230, odiaba el teléfono porque sólo llegaban malas noticias, ahora tengo en el bolsillo dos celulares, en uno me llama mi esposa cada cuatro minutos en el otro mis hijos para pedirme plata. Hoy casi he sido arrollado por un micro, me han mentado la madre ya tres veces hoy mismo. Los bocinazos casi me han causado un infarto. Uso zapatillas Nike super suaves pero un soldado me pisó el pié justo donde sufro de gota. Se me ocurrió decirle a una sobrina que era muy linda, y me ha denunciado a la comisaría por acoso sexual, además de haberme dicho toda clase de lisuras de alto calibre. Hace poco que he tenido que rechazar a tres amigas, esposas de tres amigos, y me han dicho que a lo mejor soy maricón. Mi mejor amigo acaba de morir de una sobre dosis de una nueva droga, cuatro son alcohólicos y dos están en el manicomio. Dieciocho ya han muerto. Ya no manejo porque ya me cansé de que me digan, “oye abuelito, despiértate pues y apúrate”. Mis dos hijos hace tres meses que viven con sus enamoradas en el dormitorio en mi casa y me piden que les prepare el desayuno. Una vez una de las chicas trató de agarrarme el trasero guiñándome un ojo. Mi mujer hace ya un año se fue con un tipo que maneja una moto. Compré un televisor pero nunca lo he podido ver porque mis hijos lo han metido a su dormitorio y siempre lo dejan con llave y si no están, las chicas que nunca salen del dormitorio siempre están viendo novelas. Mi hija mayor se fue sin dejar rastro con un argentino y no me llama desde hace diecisiete años. Ayer que cumplía 37 años, me llamó sólo para pedirme cinco mil dólares para poder salir de la cárcel. ¿Y el argentino? Le pregunté. Me dijo que lo habían matado y que querían echarle la culpa. Inmediatamente me dijo que me juraba que no le había pegado muy fuerte. A lo que le pregunté con qué le había pegado y me dijo que con una comba. Insistía en decirme que no le había pegado muy fuerte. También me dijo quejándose mientras lloraba que le había sorprendido lo frágil que el argentino tenía el cráneo y que creía que era un maricón de mierda y que le había cagado la vida. Yo le dije que entonces no lo mataron, sino que ella lo había matado y la burra me dijo que no había sido su intención. Insistía en asegurarme que la policía estaba exagerando para sacarle plata. Me lloró exigiéndome que le mandara los cinco mil dólares y juraba que me quería mucho. Yo aproveché para hacerle recordar que hacía diecisiete años que no me llamaba, que cómo entonces ahora súbitamente me quería tanto. El joven tenía los ojos extraviados cuando se me ocurrió observarlo. Lo vi más de cerca y el tipo se había ahorcado con su correa. ¡Estaba muerto! Me levanté súbitamente y en ese momento, salió el doctor. No pudiendo articular palabra sólo le mostré al galeno con las dos manos al interfecto. El siquiatra, tranquilamente me cogió de las manos y me dijo,
-   No se preocupe señor, esto pasa continuamente en este consultorio. ¿Le habló usted    de algo mientras esperaban?
-        Bueno sí, le estaba contando cómo era mi vida solamente.
-        Mmm. Entiendo, no se preocupe. Era un joven paciente que tenía un problema imaginario con su madre que según insistía lo había abandonado al nacer. Ayer me llamó  para decirme que su madre lo había llamado para comentarle que acababa de matar a su padre con una comba. Un caso típico de paranoia que no iba a tener cura. Ahora, pase usted y cuénteme cuál es su problemita …


Fin

Monday, May 7, 2012

Semblanza cruda (y jocosa) del Matrimonio (I parte)


"Uno debería estar siempre enamorado. Por eso jamás deberíamos casarnos."
-Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde

El Noviazgo
Con razón se dice que el noviazgo es la mejor época de una relación de pareja. ¡Claro! Es la relación perfecta, ya que en esta parte de la vida todo es color de rosa. El misterio y la elegancia son los elementos indispensables para la preservación de la pasión. Generalmente en los fines de semana, el novio invita a su pareja a salir. Él, una vez bañado y perfumado, usará sus mejores atuendos tanto externos como internos para ir en busca de su amada novia. Con una sonrisa a toda boca sale raudo hacia la casa de su prometida. En esos momentos la novia está terminándose de arreglar, se acaba de dar un baño con sales perfumadas, después se premune de una lencería negra Victoria’s Secret que en total pesa unos 85 gr. que cubre con las justas una micro falda, se lanza tres chisgueteadas de perfume francés en lugares estratégicos, ensaya una sonrisa conejil de brillante blanco marfil y con un ánimo dispuesto a sacarle el jugo a su novio, se prepara para el encuentro. Cuando el novio llega, se miran con esa peculiar mirada de orate y sonrisa babosa que suelen tener las parejas cuando están pasando por ese estado de enajenación mental, llamado enamoramiento. (Según Platón, el amor es un estado mental muy grave) Después de un húmedo beso, cogidos de las manitas, entran al auto y se dirigen a un buen restaurante japonés. Tras sendas copas de Sake y unos makis, deciden ir a la discoteca de moda. Una vez allí, con tres tragos y unos cuantos lentos, logran alborotar sus hormonas lo que los lleva con bastante premura al The Firebird Hotel. Ya en la suite se entregan a una explosión pasional, donde cada cual hace gala de sus conocimientos del Kamasutra. Quedando jadeantes, se quedan mirando el techo con una sonrisa de oreja a oreja. En este momento en que los arreglos del peinado, y algunos detalles que por ahí podrían estropear el encuentro, se arreglan disimuladamente y cada cual se va a su casa. Esta es la etapa maravillosa donde solo se conoce una cara de la moneda, la bonita.
El matrimonio
La unión matrimonial, es algo diametralmente distinto al noviazgo ya que a diferencia de la etapa prematrimonial donde sólo se muestra la parte rosa de la relación, en el matrimonio la convivencia mostrará crudamente la realidad de la vida cotidiana. Para las mujeres es una especie de liberación, pero para los hombres es la pérdida definitiva de muchas libertades y comodidades. Por ejemplo, los hombres dejarán con mucha nostalgia su dormitorio de soltero que tenía una decoración muy particular, como sus centerfolds de Playboy pegados en la pared, el banderín de su equipo de fútbol favorito, alguna que otra copa ganada en algún campeonato escolar, su mesa taller con herramientas para desarmar todo tipo de aparatos electrónicos, la computadora, la tele, su equipo de sonido, el DVD player, su raqueta de tenis, una tabla apoyada en una esquina y hasta quizás su moto colocada junto a la puerta, si es uno de esos locos fanáticos de deportes extremos. Ahora, al cruzar el umbral del registro civil, tendrá que vivir por el resto de su vida en un dormitorio decorado, diseñado, estructurado y preconcebido sólo para el placer y el gusto de su querida esposa, (esposa, sinónimo de un aparato muy conocido para enmarrocar a los delincuentes) Todo será rosado, habrá florcitas por doquier, cenefas y tules, un tocador estilo Luis XV color blanco con un gran espejo. De la misma forma, la cama tendrá una cabecera del mismo estilo y en la parte alta, coquetas rosas talladas enmarcando una fina esterilla tejida al estilo francés. El gusto no está en discusión, la cosa es que él ¡cómo va a extrañar su amada moto y su mesa taller con sus herramientas! El baño es otra historia, y esto va en serio, todos los baños de todas las casas de este planeta, son baños para damas. ¿Ha visto usted alguna casa donde en el baño se haya instalado un urinario? Bueno, en el baño de su nueva casa que ha comprado comprometiéndose con un banco por los siguientes treinta años, se le ha dispuesto 5 cm2 para colocar su máquina de afeitar, su cepillo de dientes y su foam, todo en el closet debajo del lavabo. Le han (han, porque su suegra desde antes del matrimonio ya ha estado intrigando y metiéndose en todo), dispuesto una toalla de diario viejita pero aún sin huecos, para que no ensucie las toallas nuevas. Pero no sólo estos aposentos estarán decorados para ella, sino absolutamente todo el resto de la casa. Él creerá que podrá sentarse en esos maravillosos sofás blancos que ha comprado y que podrá posar sus Addidas en las alfombras también blancas con sus amigos, ¡ni soñarlo! Ya su suegra ha dispuesto un comedorcito de diario de pino macizo para que el “desgraciado monstruo peludo de ocho manos” que se robó a su bebé pura e inocente como la mismísima Virgen María, coma y atienda a sus amigotes allí. En la sala, ¡ni soñar! En cuanto a la famosa primera noche de amor, qué distinta será cuando se encuentren con la vida real. Después de la ceremonia y la recepción, con las espaldas bien adoloridas por los trescientos palmazos recibidos, salen raudos en el Mercedes alquilado hacia la noche de locura de amor. Ya en el camino se dejan escuchar sendos comentarios como: “por fin terminó todo, los pies me están matando, ¡uf! ¡Qué calor hace! ¡Me muero de sueño! Cuando llegan al hotel, suben a la suite y él todo galante se dispone a cargar a su querida esposa. Cual Schwarzenegger la levanta con cierta gracia pero al hacerlo pierde el equilibrio porque el hombre tiene un cuarto del cerebro lleno de alcohol, y ¡plum! Ambos se van directamente al suelo. Entre risas y sobadas de trasero, riéndose hasta el llanto, ingresan a la suite del hotel de cinco estrellas. Se abrazan tiernamente y se dejan caer en la cama matrimonial. Ella se pone romanticona, se levanta, se va al baño y en cinco minutos hace su triunfal aparición premunida de un calzón-tanga casi invisible color negro, el cabello suelto cubriendo apenas sus hermosos pechos y extra dosis de perfume francés de alto octanaje. Sin embargo su sonrisa se le congela al ver a su “hombre para toda la vida” profundamente dormido y roncando como tren de sierra porque al fin y al cabo el sexo ya no es novedad para él y el champán ya es mayoría en sus venas. Ella lo mira como vería a un cuy y entonces se le pasa por la mente coger el velo del vestido de novia y estrangularlo allí donde está. Pero su infinita ternura maternal sumada a su instinto de economista por la jugosa hacienda de su marido se lo impide y se recuesta junto a su amado y más bien decide desarroparlo, ponerle su pijama y ayudarlo a meterse en la cama para terminar viendo televisión y de vez en cuando observar a su hombre dormir cual bestia recién parida. A eso de las 6 de la mañana se prende automáticamente el televisor y ambos saltan de la cama asustados. Se miran sonrientes con ojos alegañados y ella le estampa un profundo beso que él rechazará porque viene con un aliento de gato. Entonces ambos saltan de la cama y se dirigen al baño para dentrificarse y apurarse para que el mañanero no se enfríe. En el proceso, ella ve cómo su maridito hace unas carraspeadas gargantuales tan sonoras que su intención matinal la deja mejor para más tarde. Acto seguido, luego de comentar el acontecimiento de la noche anterior, los pisco sours, los whiskies y los champagnes, sumados a la comilona y la torta de matrimonio que es más pesada que el plomo, súbitamente se presentan sus efectos secundarios. Los dos coinciden en ir a la toilette. Obviamente el marido cederá la posta a su querida esposa. Hay que recordar que ahora ella es la reina de la casa y él ni siquiera el consorte sino el bufón-esclavo. Él esperará ansioso leyendo el diario que acaba de llegar, preguntando una y otra vez si ya va a salir. Cuando ella sale, su marido casi bizco de ansiedad, ingresa prácticamente atropellándola pues ya no puede esperar más. Una vez dentro se pregunta, ¡qué fue del perfume de Hubert de Givenchy, pardiez!
El nuevo hogar
Tras el desastre de Stalingrado en el hotel, se disponen a inaugurar el nuevo hogar. El ha comprado una linda casa diseñada por uno de los mejores arquitectos del momento y es la envidia de todos los que lo quieren tanto. Ella está encantada porque todas sus amigas la envidian porque logró casarse con el soltero más codiciado del grupo y más que nada, por ser tan sexy, desde luego, desde el punto de vista de su cuenta bancaria. Al entrar a la residencia, sienten esa maravillosa sensación de entrar a su propio territorio. Por fin, un sitio donde ellos serán de ahora en adelante, los únicos amos y señores del castillo, un lugar donde nunca nadie jamás les dirá lo que podrán hacer o no. Así, abrazados, cuando están por pasar a la hermosa terraza que antecede al jardín, la horrísona voz de la madre de ella rompe la armonía de aquel momento de felicidad. -¡Suegra! Grita el marido con los ojos desorbitados. ¡Mamá! Grita ella, -¿Cómo entraste? Nos diste el susto del siglo. La dulce suegra enarbolando una sardónica sonrisa les muestra un triplicado de la llave de la puerta de entrada y responde oronda;
- Me mandé hacer una llave extra para ayudar a instalarte hijita. El marido, comenzó sentir mareos y luego náuseas.
-Solamente voy a venir durante los primeros meses para decirte lo que tienes que hacer hijita, total no tienes experiencia, me lo vas a agradecer, ya verás. Se dirigía sólo a ella, ya que el marido, para la rataza, simplemente él no estaba allí. El hombre de la casa ante este panorama, sale deprisa hacia el dormitorio con cara de tranca. Ella, lo sigue. En el dormitorio ella le asegura que haría que se fuera, pero no inmediatamente para no herir los sentimientos de su mamita. Él accede de mala gana y hasta acepta que se quede a almorzar con tal que después se vaya. Ella le agradeció ser tan comprensivo dándole un meloso beso. Al bajar, ella encontró a su madre sentada en la sala.
-Espero que el feísimo de tu marido no te haya hecho un berrinche, mi amor, espetó la suegra. -No mami, no me ha dicho nada y es más queremos que te quedes a almorzar con nosotros.
-Bien, más le vale, respondió la bruja. Ve a llamar a tu padre, no esperarás que lo deje almorzar solo. Ella, dudando un momento, asintió con la cabeza.
-Sí, mami, por supuesto. Eso sí, mamita, yo voy a preparar el almuerzo, porfa, mira que es mi primer día en la casa.
-Bueno hijita, pero no te vayas a quemar, yo te voy a ayudar.
El marido, en el dormitorio, encendió el televisor y se puso a ver cable tratándose de olvidar por el momento el incidente ocurrido, precisamente, en el primer día de su vida de casado. ¡Aún no habían pasado las 24 horas desde que el cura lo había sentenciado de por vida! y en la cocina ya se había producido la invasión de Polonia.
La recién casada solo quería preparar una palta rellena como entrada, pero al intentar cortar la primera palta, su madre prácticamente se la arranchó de las manos,
-¿Te has fijado si está suficientemente madura, hijita?
-Ay  mami, por supuesto, dijo ella conteniéndose.
Cuando se dispuso a cortarla, su madre gritó:
-¡Ay! Dame, dame, hijita, fijo que te vas a cortar, me pones nerviosa, yo lo hago, más bien alcánzame los camarones y la mayonesa, y ten cuidado de no romper el plato y lávalo primero, y sécalo también. ¿Vas a usar los cubiertos de diario? ¿Qué mantel vas a poner? Usa el que yo te regalé, así me sentiré menos triste que te hayas ido de la casa con el tontín de tu maridito. ¿Ya le avisaste a tu padre? Anda, llámalo y aprovecha para decirle que lo llamó el señor del banco y que no se olvide..... Ella, sintió un estremecimiento en todo el cuerpo, no podía concebir lo que le estaba pasando. Otra vez aún después de casada, ¿seguiría su madre comandando su vida? Era la de ahora o nunca. Respirando profundamente, cogió a su madre de la cintura y la llevó en medio de protestas, y a paso de polka hacia el auto.
-Mamá, ¡basta! A partir de hoy esta es mi vida y la quiero vivir sola con mi esposo. Es el primer día de mi matrimonio, ¿entiendes? Yo te llamaré cuando quiera que vengas y no me hagas una escena porque esta vez no voy a ceder, ve a la casa y dale un beso a papá. Aún con la cara de desconcierto la bruja se trepó al auto y salió del predio rechinando las llantas. Mientras se alejaba el engendro, ella sintió que había ganado una primera batalla, y se sentía muy bien. Regresó a su casa, terminó tranquilamente de preparar el almuerzo y llamó a su marido. Al bajar, ella le presentó una linda mesa. Él le preguntó por su madre y ella le hizo un guiño. Él entendió perfectamente y se ambos se dispusieron a disfrutar de su primer almuerzo juntos y solos, en su propia casa. Después de un reparador encuentro íntimo y una deliciosa siesta, salieron a dar una vuelta en su nueva 4 x 4. En la noche, salieron a comer al restaurante de moda. Al entrar se encontraron con dos parejas de amigos.  Inmediatamente uno de ellos juntó otra mesa y sin preguntar, las dos parejas se acoplaron a los recién casados. Como de costumbre, en cinco minutos se polarizaron las conversaciones y los hombres se pusieron a comentar el último partido de fútbol, temas de política, hablaron de la querida de uno de sus amigos y hasta le preguntaron con la mayor raza qué tal se había comportado en la cama su esposa. Por su parte las amigas cuchicheando coincidieron en preguntarle cosas nada íntimas, como de qué tamaño la tenía, si era una fiera en la cama o era pura pinta. Finalmente después de pagarle la cuenta a todo el grupo, se fueron a su hogar comentando que estuvo simpática la reunión pero que la próxima vez buscarían un lugar no tan de moda. Al arribar a la casa vieron que las luces estaban encendidas.
–Ladrones, susurró asustada la recién casada. Se acercaron cuidadosamente y advirtieron que el auto de la querida suegra estaba parqueado en la entrada de la residencia. Entraron con cierta cautela y encontraron a los papás de ella sentados en la sala con cara de muy pocos amigos. Como de costumbre, al hombre de la casa ni lo saludaron y la suegra inmediatamente rompió en llanto quejándose amargamente de haber sido maltratada. El padre le pidió explicaciones y se armó, en un segundo, el bombardeo de Berlín. El marido de puntitas, se escurrió a su dormitorio, cerró la puerta despacito y dejó a la familia extraña que se matasen entre ellos. Más tarde bajaría a recoger los cadáveres. A las dos horas, se abrió la puerta y apareció su querida esposa con una cara que más bien parecía sello. Tenía los ojos desorbitados e inyectados y las mejillas mojadas por las lágrimas. Antes que pudiera preguntarle qué había pasado, su dulce y tierna esposa, lanzó un alarido que hizo que a su maridito se le erizaran los pelos de la nuca. ¡Me dejaste sola y no me defendiste, no pareces mi marido, si al menos me hubieses apoyado! ¡Buuuuuuaaaaaaaa!
-Querida no te pongas así, cálmate mi amor. ¡buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡No me toques, ¡No me toques! ¡Te odio, te odio, te odio!, ¡iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!! ¡Buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! El reciente marido, se cubrió la cara con una mano mientras se protegía con la sábana sentándose en la almohada sintiéndose igual al padre Karras ante Regan en el exorcista. Estaba viendo la cara oculta de la Luna y no era Selene sino el mismísimo demonio en persona y lo peor de todo es que se acababa de casar con él. Decidió esperar y, siempre protegiéndose, esta vez con el cubrecama, dejó que su esposita se calmara. Observó que ella se había dirigido a su cartera y había sacado unas pastillas.
–¿Desde cuándo toma pastillas? Pensó para sí. Cuando se calmó y finalmente se quedó dormida, miró por encima de su cartera y vio sendos blísters de Xanax, Prozac, Tonopan, Alergical y Microgynon. Su cartera era una sucursal de la farmacia. Hondamente preocupado, tardó como dos horas para conciliar el sueño, pero no pudo dormir profundamente ya que recordó que su suegra tenía un triplicado de la llave y tenía que hacer algo para solucionar ese problema. A la mañana siguiente, se levantó  alrededor de las ocho y media y bajó a tomarse un café. Casi se le cae un testículo entre las medias cuando vio a su suegra leyendo su periódico tomando su desayuno. Su querida suegra había traído muchas cosas del market y había estado arreglando todo en la cocina.
–Buenos días suegra, dijo el marido. La bruja no le contestó y siguió tomando su café leyendo el periódico. Entonces tomó su taza y se regresó a su dormitorio. Ese día no hizo nada ni dijo nada. Al día siguiente, puso el despertador a las seis de la mañana y esperó  la llegada de su suegra. Hacia las siete y media oyó el auto del engendro. Inmediatamente, se despojó de su bata quedándose completamente desnudo y recostándose en el sillón de la sala con el periódico abierto, se preocupó de los detalles a fondo por lo que separó ampliamente las piernas mostrando su artillería sexual. Cuando la suegra entró, lanzó un grito casi exacto al de una rata, se cubrió los ojos y llamó a su hijita a gritos. La esposa que conocía perfectamente el aullido de su madre, bajó a trancazos las escaleras por las que casi se desmadra porque se le enredó la bata con una pantufla, para encontrarse con esa escena que era lo más parecida a una película de Fellini. Ambas estaban como paralizadas mientras que el marido leía calmadamente el diario completamente desnudo moviendo pausadamente las piernas. Pasaron varios segundos hasta que la esposa comprendiendo perfectamente el tema de la obra, comenzó a reírse hasta sollozar en carcajadas. La secundó su marido y la suegra increíblemente, comprendió lo que pasaba. Inmediatamente los amenazó, largándose, que nunca más volvería a “ayudarlos” y tras un portazo, dejó tras de sí un silencio celestial. Al medio día tocaron la puerta. Era la chola de la casa de la suegra trayendo la llave triplicada de la casa en un sobre.

II Parte (Continuará)

Saturday, March 3, 2012

La pobreza

La pobreza no es otra cosa que el resultado de una acción errada en la organización de un estado. Una organización humana estable y progresista requiere de un trabajo en equipo perfectamente balanceado para que todos obtengan una forma de vida digna con las inevitables y obligadas categorías que resultan de toda organización. No se puede pensar en la uniformidad de las categorías porque ello deviene en una utopía, que además, no es práctica ni operativa. En consecuencia, la pobreza no debería existir, pues se supone que el camino hacia esta inconcebible situación está vinculada al desarrollo de seres humanos en proceso de deterioro mental, especialmente en lo que se refiere a su auto estima y su progresiva pérdida de interés en asociarse a la corriente progresista comunitaria. Si se vislumbrase un brote de esta anomalía en algunos individuos en una sociedad, ésta deberá erradicarla inmediatamente, aplastando hasta sus cimientos el fenómeno, porque si la pobreza se llega a instalar, será prácticamente imposible erradicarla. Las personas detectadas que muestran indicios de inclinarse a la pobreza deberán ser aislados y sometidos de urgencia a un tratamiento psiquiátrico para que les sea posible reinsertarse en la sociedad antes que su enfermedad se propague como una plaga, ya que este mal tiene una facultad de contagio pandémica. El origen de la pobreza viene de actividades no permitidas como la vagancia, el vicio y la deshonestidad, hijas legítimas de la ignorancia y la incultura y sus ramificaciones los vicios inaceptables como la delincuencia, el pandillaje y otras acciones criminales que se desarrollan como producto de la pobreza. Un estatus que engloba todas las taras humanas que hoy asedian a las grandes ciudades en nuestro planeta. Los programas existentes de lucha contra la pobreza, no son otra cosa que la expiación de los pecados cometidos por todos los gobiernos que han permitido, tolerado, y hasta alentado la propagación de esta plaga inaceptable. Los pobres son una colectividad de seres disminuidos, han perdido totalmente la capacidad de iniciativa, no conocen la palabra progreso y menos aspiración, porque han llegado a la ignorancia casi total. Muchos han perdido por completo la dignidad. La mayoría se conforma con una forma de vida paupérrima y, temerariamente, se reproducen sin ningún control. Los han acostumbrado a pedir todo sin dar nada a cambio, salvo los votos para la elección de un nuevo mandatario. Allí radica precisamente el mantenimiento de esta clase social absurda e inconcebible. Los señores del poder juegan irresponsablemente a esta ruleta rusa que significa mantener una masa que por su naturaleza puede ser fácilmente manejada, aunque históricamente se hayan producido algunas veces muchas revoluciones de las que han surgido pseudo líderes que han terminado casi siempre en un baño de sangre y con el resultado de más pobreza aún, porque siempre los sátrapas no persiguen sueños colectivos sino personales. Si los gobiernos son los responsables de la pobreza emergida producto de una deficiente administración, éstos deben asumir su responsabilidad invirtiendo, más que gastando, millonarias sumas en cortar de raíz la pobreza, tomándose todo el tiempo que sea necesario para resolver el problema. Revertirla podría tomar décadas, pero no hay alternativa si no se quiere que muy pronto las naciones colapsen socialmente ante su incremento, sumado ahora a una ramificación de este cáncer social que ya se ha desarrollado llamada extrema pobreza, que no es otra cosa que la carrera loca hacia el abismo. La indiferencia devendrá en la instauración definitiva e irreversible del caos. Las masas no han contribuido en nada en el desarrollo de la sociedad, sin embargo, se les encarga la responsabilidad de tomar las decisiones fundamentales en todos los temas que desconocen por completo. Esta es una de las fisuras más aberrantes de la democracia que ha devenido más bien en una perfecta oclocracia. Es sorprendente cómo las sociedades no han podido encontrar un sistema de gobierno que permita ejercer una administración apolitizada, fría, eficiente y con autoridad, como para poder aplicar sin miedo y en forma implacable las obligaciones que dictan las leyes. Hay que buscar el equilibrio necesario para actuar sin contemplaciones ante esta amenaza social que perjudica a toda la sociedad en su conjunto. Tomar decisiones drásticas, aún a costo de algunas vidas humanas, permitirá en el corto plazo aplicar el principio de autoridad, haciendo cátedra colectiva de que las normas creadas para la administración de la sociedad deben cumplirse inconmoviblemente, aplicadas, eso sí, con justicia. El cambio necesario para enrumbrar definitivamente a los países que se encuentran en una estancada vía de desarrollo, tienen una solo forma de lograr su definitivo desarrollo; aplicar una política radical, impostergable y sin contemplaciones que arrincone a la pobreza, la detenga y la prohiba, de una manera tal, que evite se siga propagando por un día más. A la humanidad le ha tomado unos veinte siglos para tomar impulso, acaso le queden apenas unos cuantos años para frenar ante el abismo. 

Un Domingo en misa

Obligado a asistir a misa, de mala gana entro a la iglesia de la virgen de Fátima, hemos llegado un par de minutos antes de la misa, el recinto está casi lleno, es casi las doce. La mayoría de los fieles están conversando en voz baja y se ven caras sonrientes, personas que se dan besos de saludo, apretones de mano los hombres, acompañados por sus esposas, cuántos como yo obligados a soplarse el rito. Entra el cura, tiene el aspecto del típico candelejón, de esos que están convencidos que se irán al cielo y que Dios los ama, hay un aire de superioridad en su semblante por sentirse respaldado por el Creador. Tengo que hacer algunas venias a amigos que me hacen un ademán de saludo, como de costumbre las esposas, no obstante las conozco desde los quince años, no me saludan, es la costumbre latinoamericana. Miro a mi alrededor con disimulo, mientras espero sentado en una banca de cedro que me lastima las nalgas y me aprieta la próstata. Detrás de mí oigo un cuchicheo, -¿has visto qué viejo está Jorge? ¿Estará con cáncer? ¡Mira nomás a la chinchosa de su mujer cómo se ha jalado la cara, ¡Huy! Está horrible, se parece a La máscara. La hija está hecha una chancha, pobrecita. –Habla más despacio mujer, se te oye hasta la calle. ¡Oremos, mos, mos, mos y sigue el eco en el santo recinto. Me paro con las manos juntas estiradas, un pequeño coro acompañados de guitarras cantan algo reverberante que nadie entiende, los feligreses cantan para sus adentros con infinita timidez, el cura dice; ...para que sea agradable a Dios todopoderoso por los siglos de los siglos, glos, glos, glos, y sigue el eco. Dos ex jóvenes mujeres conversan a sonrisa amplia desde una banca hacia la posterior sin parar, nos sentamos, nos levantamos, nos arrodillamos. El cura por enésima vez repite que recemos la oración que el mismísimo Jesús nos enseñó. ¿Cuándo fue esto? No lo recuerdo. La mayoría abre los brazos para rezar la oración que nunca le encontré sentido alguno. Es increíble la posición idiota de abrir los brazos como si fueran a sostener la lana de una tejedora, muchos con fervor...Nos sentamos, nos paramos, oremos dice el cura. Cuando ya me duelen las piernas de tanto siéntate y levántate, el cura se prepara a dar su sermón. Será como siempre, aburrido, ininteligible, reiterativo en lo inútil, nadie escucha, nadie entiende por el infernal eco del ábside, la perorata no tiene cuando terminar, las ex jóvenes mujeres no dejan de conversar y mostrar ese tipo de sonrisa falseta que pretende ser muy de clase alta sin serlo. El cura acaba por fin. Reinicia el rito, oremos, levántate, siéntate, arrodíllate, porque Dios va a bajar del cielo, se hace un silencio, la gente baja la cabeza, hay cierta tensión por el aterrizaje de Dios. Por fin Dios se esfuma y se prepara la comunión. Se forman dos filas, varios conocidos y conocidas míos, se levantan para recibir el cuerpo de Cristo. No puedo creer que el miserable de Carlos (nombre ficticio para evitarme un juicio), que maltrata a sus empleados, les paga una miseria, que bota gente sin importarle si los hijos del empleado se mueran de hambre y las sinvergüenzas, (me viene a la memoria lo que me advirtieron de chiquito que nunca se habla de una dama, pero no veo muchas damas, así que sinvergüenzas igual), van a por el cuerpo de Cristo. Hasta su querida me ha comentado que es un miserable, pero igual él comulgará para asegurarse el cielo. Lo siguen otros y otras, unos y otras más inmorales que el peor o la peor de ellas que han hecho y harán maldades sin el menor remordimiento, pero tratan de expiar sus pecados con la hostia divina. La misa se acaba, el cura bendice a todos en el nombre de los tres dioses que son en realidad uno solo. Al fin podremos irnos en paz, yo me muero de hambre, solo pienso en la parrillada que nos ha invitado nuestro amigo Carlos, el miserable, pero tan buen anfitrión, quien al subir a su Mercedes se le acerca un mendigo a pedirle diez céntimos. Carlos como buen cristiano, ni lo mira, le friegan los mendigos, sube rápidamente la ventana eléctrica del meche del año y arranca lo más rápido que puede y pica para alejarse de esos pobretones que joden pidiendo limosna. Yo me he cuadrado invadiendo treinta centímetros del pase peatonal. Un hombre maduro muy elegante acompañado de su mujer y su hijos, me increpa; ¡Aquí no se cuadra! Tiene una mirada feroz, maligna e intemperante a pesar que aún tiene en el estómago el cuerpo de Cristo. Es que afuera de la iglesia, vuelven a ser lo que son, unos hipócritas que pasan en segundos, de darse golpes de pecho, a dar golpes en el pecho de cualquiera.

¿Por qué se calatean las mujeres?

“Más pueden tetas que carretas”
-Proverbio español

Adán miró a Eva con lascivia por primera vez, en el preciso momento en que fue arrojado del paraíso. A Adán se le subió la testosterona cuando se dio cuenta que Eva estaba desnuda. Ya fuera del Edén, a ambos le invadió la malicia. Por ello, Eva se cubrió con un trébol, una hojita para cada parte púdica lo que desquició a Adán sintiendo una taquicardia inexplicable sumado a un súbito priapismo incontenible. Así, Eva descubrió que su contraparte entraba en trance solo con mirarla y más aún, cuando se cubría ligeramente. Después se cubrió con hojas de parra y ensayó una serie de artimañas más, tales como mostrarle solo el ombligo acompañando este acto con una sonrisita coquetona o asomando disimuladamente uno de sus senos o cruzando sus piernas, balanceando un pié. Eva se dio cuenta además, que su Creador le había proporcionado toda la información del coqueteo mientras que a su compañero le había dejado el cerebro en blanco. Eva, día tras día se daba cuenta que se las sabía todas además de otras que estaba inventando. De esta manera Adán, un pobre descerebrado (y sin ombligo), en estos menesteres, en muy poco tiempo se transformó en el esclavo perfecto de Eva. Si Adán quería a Eva, tendría que pagar primero. Tendría que salir al fresco a conseguirle frutas, carne, agua,  pieles para abrigarse, hacerle una cama, conseguir un antro amoblado y engreírla a cada rato. Este fue el verdadero comienzo de lo que vendría en llamar un marido. Un día Adán empezó a desarrollar su cerebro y quiso imitar a Eva. La miró con ojos de carnero degollado, le esbozó una sonrisa frankesténica y disimuladamente se levantó la piel de jabalí que usaba encima para mostrar una de sus velludas piernas. La respuesta de Eva fue fulminante. Adán recibió sendas pedradas, huesos de pterodáctilo chupados y una serie de alaridos estridentes ya que aún no habían inventado un idioma. Adán comprendió que esta técnica no iba a funcionarle de ninguna manera. Así, quedó pensativo lucubrando cómo hacer para atrapar a Eva cuando él quisiera y no como siempre cuando ella quisiera. Como esto ya era muy molesto y se había hecho costumbre, ensayó un nuevo y sutil método. Cogió el mazo que usaba para cazar reventándole la testa a cerdos dormidos y, aprovechando similar situación, lanzó un certero y medido mazazo sobre la cabeza de Eva. Inspeccionó cautelosamente que estuviera bien groggy para acto seguido dar rienda suelta a sus bajos instintos reprimidos. Podría decirse que esta fue la primera violación de la historia. Esta fue, así mismo, la manera, a lo bestia, que Adán había desarrollado para poder hacerse de Eva cuando él lo quisiera. Curiosamente, mientras todas las veces que Eva era arrastrada de sus cabellos hacia el camastro para ser violada, ésta esbozaba una cómplice sonrisa, aún con los ojos cerrados. A Eva, ¡le gustaba el golpe! Y más increíble aún, descubrió de esta manera el amor. A más mazazos más amor. Adán no tardó en darse cuenta que este método no iba a funcionar para siempre porque en una de esas casi mata a Eva cuando una vez obnubilado por su ataque hormonal, se le pasó la mano y casi le rompe la crisma, por lo que la tuvo inconsciente por diez días. Durante esos días, la cuidó, le dio de comer en la boca, la abrigó, le dijo sonidos guturales muy cariñosos hasta que Eva se recuperó. Ya nunca más le pegó y todo volvió a fojas cero. Eva volvió a recuperar el mando y Adán vio estupefacto cómo a su pareja le crecía la barriga...
Todo lo demás es historia  conocida, y hasta nuestros días, las mujeres mantienen el estado de alerta por decirlo de algún modo, a los hombres mostrando ya sin disimulo alguno, partes de su cuerpo estratégicamente escogidos; ombligo, cintura, hombros, gran parte de pechuga, piernas, pompis, etc. Como las mujeres disponen cuándo y cómo pueden servirse un hombre, tiene que mantenerlo las 24 horas motivado y, como nunca sueltan rienda oportunamente para el hombre, siempre lo cogen necesitado. Todo este preámbulo ha sido necesario para demostrar científicamente, porqué y para qué se calatean las mujeres.